Adicciones: ¿Cómo afectan a nuestra salud mental y hepática?
El hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, encargado de funciones vitales como la desintoxicación de sustancias tóxicas, la producción de bilis para la digestión de las grasas y el metabolismo de nutrientes. Sin embargo, el consumo excesivo y prolongado de sustancias adictivas, como el alcohol, las drogas y ciertos medicamentos, puede tener efectos devastadores sobre este órgano.
El ciclo entre la salud mental, las adicciones y la salud hepática puede volverse complejo y autorreforzante. Una persona con un trastorno de salud mental puede comenzar a con la ingesta de comida no nutricional, alcohol o drogas para aliviar sus síntomas, lo que puede llevar a daño hepático. A su vez, el daño hepático puede empeorar los síntomas de salud mental debido a la alteración de los procesos metabólicos, lo que puede llevar a un mayor consumo de sustancias. Este ciclo puede ser difícil de romper sin un tratamiento adecuado que aborde tanto la adicción como los problemas de salud mental y los daños hepáticos.
Un paciente, dos enfermedades
Durante las XV Jornadas Formativas de FNETH pudimos hablar con Jordi Colmenero, hepatólogo del Hospital Clínic de Barcelona, que nos ofreció su punto de vista sobre este vínculo: “Existe una estrecha relación entre las adicciones y la salud mental y las adicciones y los problemas de salud orgánica (en este caso patologías hepáticas) y tenemos que verlo como algo global. Es un o una paciente, pero son dos enfermedades separadas que hay que tratar a la vez para que haya un buen abordaje. Debemos hacer estrategias para evitar el empeoramiento de la enfermedad hepática, pero a la vez tenemos que estar muy atentos a que no haya problemas de salud mental como depresión u otros problemas psiquiátricos asociados que la agraven e impidan un correcto tratamiento».
Estrategias para prevenir recaídas
Según el hepatólogo, el abordaje de las personas con adicciones tiene que ser multidisciplinar y global. Éstas son tratables, pero hay que hacer un trabajo psiquiátrico y psicológico para evitar que las personas recaigan. Para ello, habitualmente se realizan reuniones de grupos o terapias cognitivo-conductuales.
Otro pilar importante que cada vez aparece más es el tratamiento farmacológico. Colmenero afirma que tenemos que intentar empezar a utilizar ciertos medicamentos que tienen específicamente acciones buenas sobre los trastornos adictivos. Además, es importante descartar que no haya un problema de salud mental asociado y también tratarlo a nivel farmacológico o psiquiátrico. Por otro lado, es muy importante fomentar la abstinencia y abordar, también, el impacto del consumo sobre la salud orgánica, algo que repercute en la dificultad para tratarlo.
“Para la rehabilitación de los pacientes y para evitar la recaída es muy importante seguimiento, no solo por el hepatólogo, sino también, por ejemplo en el trasplante hepático, por el especialista en adicciones”.
El hepatólogo cree que también debemos focalizarnos en una detección precoz ante una posible recidiva: “La recaída de un paciente no es un fracaso terapéutico, sino parte del proceso, y lo que hay que hacer es ajustar el tratamiento para hacer que se vuelva a entrar en abstinencia y dejar de consumir. Para esto existen ciertos biomarcadores para esquivar solamente preguntar a los/as pacientes qué les pasa. A través de ellos, podemos detectar que están consumiendo de manera baja ciertas sustancias antes de que sea un problema importante de consumo”.
La importancia de la visión a largo plazo
La adicción es una enfermedad crónica y debe tratarse como tal, por ello, es importante dar a los y las pacientes un seguimiento multidisciplinar a muy largo plazo tras intervenciones como un trasplante para asegurarse el éxito.