Las personas con enfermedad hepática que han recibido un trasplante o están en lista de espera necesitan una serie de cuidados que les ayuden a adaptarse a su nueva situación. Los amigos y familiares se convierten en un apoyo imprescindible
Cuidar a un familiar puede ser una experiencia conmovedora y satisfactoria. Puede hacer que los cuidadores y cuidadores descubran en si mismos cualidades y actitudes que desconocían en si mismos y en sus familiares. Pero también solitaria e ingrata. Lo que si es seguro es que es una experiencia valiosa y merecedora de todo reconocimiento
La responsabilidad que conlleva este trabajo es enorme y tiene múltiples funciones, estas varían de unos casos a otros ya que cada situación y cada familia son únicas, por lo que sería interesante elaborar un plan de cuidados para cada caso concreto.
Funciones del cuidador/a:
Las funciones que realiza son múltiples y es difícil enuméralas pero algunas de ellas son:
- Acompañar: citas medicas, compras y tareas cotidianas.
- Ayudar en el control de la medicación y con el aseo e higiene de la persona si fuera necesario
- Elaboración y administración de comidas, teniendo en cuenta las patologías del paciente y las capacidades cognitivas del mismo
Cualidades del cuidador/a:
- Capacidad de comunicación
- Respeto
- Empatía
- Cariño
- Implicación
- Honestidad
- Iniciativa
«Patología del cuidador»
Las personas que cuidan a personas en situación de dependencia acaban experimentando -con frecuencia- diferentes cambios, que constituyen lo que se denomina «patología del cuidador”. Se producen cambios en:
- Las relaciones familiares
- En el trabajo y en la situación económica
- Salud y estado de animo
- En el tiempo libre
¿Cómo cuidarse para cuidar mejor?
Es mejor prevenir. Para cuidar mejor es necesario cuidarse. Las personas que quieran disfrutar de un mayor bienestar emocional y físico en el de cuidado de su familiar, y desarrollar un mejor rendimiento en los cuidados, han de darse cuenta de la importancia que tiene cuidar de s\ mismos y aprender cómo hacerlo. He aquí algunas ideas:
- Pedir ayuda a familiares, amistades y profesionales: Se pueden repartir tareas, encontrar tiempo para las propias necesidades y disponer de espacio para la descarga emocional, fundamental para las personas cuidadoras
- Poner limites al cuidado: Uno de los objetivos es que la persona cuidada sea lo más independiente posible y acceder a todas sus demandas (sin tener en cuenta si las puede hacer por sí misma o no) entorpece su autonomía. Y tampoco beneficia al cuidador, que como piensa que tiene que ayudar en todo se siente habitualmente culpable por no estar dando todo lo que «debería”.
- Planificar el cuidado: Es conveniente hacerlo cuanto antes, implicando al familiar que recibe el cuidado en todas las decisiones que sea posible (legales, económicas o de otro tipo)
- Cuidar de la propia salud: Los cuidadores y cuidadoras deben mantener unos hábitos de vida saludables que les lleven a estar en las mejores condiciones físicas y psicológicas
- Aprender a comunicarse mejor: pedir ayuda, decir «no», controlar pensamientos negativos…
Fuente:
https://www.serviciossocialescantabria.org/uploads/documentos%20e%20informes/hablandodecuidadores.pdf