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Ilustración del virus de la hepatitis C con el texto: Día Internacional de la Hepatitis C

Día Internacional de la Hepatitis C: prevención, diagnóstico y tratamiento, las tres claves para erradicarla

Este próximo 1 de octubre es el Día Internacional de la Hepatitis C, una ocasión idónea para recordar el estigma que aún rodea a esta enfermedad, para explicar las formas de prevención y los factores de riesgo, y para repasar los esfuerzos que se están llevando a cabo para erradicarla.

La hepatitis C es una infección que, por lo general, cursa de forma asintomática hasta que los daños en el hígado comienzan a provocar síntomas, y eventualmente llegan a provocar cirrosis e incluso cáncer de hígado. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, hasta un 78% de los casos de cáncer primario de hígado y un 57% de los casos de cirrosis hepática son debido a infecciones por hepatitis virales, generalmente de los tipos B y C.

La hepatitis C se transmite por contacto con sangre infectada por el virus, generalmente por vía parenteral o por determinadas prácticas sexuales sin la adecuada protección.

La OMS estima que en torno a 58 millones de personas en el mundo tienen una infección crónica por el virus de la hepatitis C, y que cada año se producen alrededor de 1,5 millones de nuevas infecciones.

 

Síntomas y formas de prevención de la hepatitis C

La hepatitis C puede causar manifestaciones tanto agudas como crónicas. Entre sus posibles síntomas, cuando ya ha causado daños en el hígado, se encuentran:

  • Fiebre
  • Cansancio extremo
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor abdominal
  • Orina oscura
  • Coloración amarillenta (ictericia)

Actualmente no existe vacuna contra el virus de la hepatitis C, pero sí existe tratamiento eficaz, que cura la infección en más del 95% de los casos.

Las tres claves en la lucha contra esta infección son la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento. La OMS ha establecido una serie de objetivos específicos para los países con el objetivo de eliminar las hepatitis virales de aquí al año 2030. Son los siguientes:

  • Reducir en un 90% las nuevas infecciones por los virus de las hepatitis B y C
  • Reducir en un 65% las muertes por cirrosis y cáncer de hígado
  • Diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C
  • Tratar al menos al 80% de las personas que reúnen los requisitos para ello

Y, ¿cómo prevenir la transmisión?

  • Con buenos hábitos de higiene
  • Empleando métodos adecuados de prevención al tener relaciones sexuales, especialmente en determinadas prácticas que puedan suponer exposición a la sangre
  • Haciendo uso de las pruebas diagnósticas disponibles y del pertinente tratamiento, en caso de obtener un diagnóstico positivo

 

La concienciación, la asignatura pendiente

España es uno de los países líderes en esta lucha para erradicar la hepatitis C; varias comunidades autónomas están estableciendo programas de cribado entre la población. Galicia ha sido la pionera en este sentido, con cribados en las personas con rango de edad de 40 a 69 años y el comienzo de tratamiento para quienes hayan sido diagnosticadas.

Continuar concienciando a la población general sobre las formas de prevención de la hepatitis C y sobre la necesidad de diagnosticar y tratar precozmente es clave en la lucha por su erradicación.

El estigma que aún está asociado a este tipo de infecciones hace que muchas personas lo oculten o no quieran siquiera realizarse una prueba diagnóstica; por ello continúan siendo necesarios días como el Día Internacional de la Hepatitis C, para continuar visibilizando esta realidad.

En este sentido, asociaciones como Apoyo Positivo disponen de recursos de salud y educativos para aquellas personas que quieren realizarse una prueba o que han sido diagnosticadas.

 

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