Disfruta del verano, tú y tu hígado
- Si hay un mes de todo el verano en el que aprovechamos más es en agosto, un mes donde los desplazamientos se producen de forma masiva a lugares en los que disfrutar de nuestras vacaciones y por ende, en donde cometemos los mayores excesos de comida, bebida y falta de autocuidado.
- Es importante disfrutar y relajarse tras todo el año trabajando sometido al estrés y presión que puede suponer nuestro puesto laboral pero no por ello debemos descuidar nuestra salud, un aspecto que está por encima de cualquier otro. Por eso en este nuevo artículo os traemos los mejores consejos para garantizar que vuestro hígado este lo más sano posible durante estos últimos compases de verano.
Bebe mucha agua
El agua es vida y en este caso, nunca mejor dicho, ya que nuestro hígado necesita agua para realizar sus funciones metabólicas y de desintoxicación, por lo que beber entre 2 y 3 litros al día en verano debe ser una máxima para ti. Una opción que ayuda mucho son las infusiones tales como manzanilla, jengibre o con frutas para variar el sabor.
Evita el alcohol
Sabemos que en las vacaciones podemos cometer más de un exceso en cuanto al alcohol pero tenemos que rebajar ese consumo a cero, debido a que el alcohol aumenta el daño hepático agudo y crónico y que pueden provocar complicaciones en el futuro. Algunas alternativas que os damos desde FNETH que no contengan alcohol son las limonadas, agua de coco o tés helados que también refrescan y son mucho más saludables.
Aliméntate bien
La comida nos ayuda a mantener nuestro cuerpo fuerte ante cualquier dificultad y las altas temperaturas del verano requieren que estemos más preparados aún. Aquí tienes algunos ejemplos:
- Proteínas magras: pescado, pollo y legumbres son los aliados perfectos para la regeneración y reparación de las células hepáticas.
- Grasas saludables: el más que conocido aguacate contiene una sustancia llamada glutatión, la cual es clave para la eliminación de toxinas.
- Frutas y verduras frescas: puede que no te gusten las verduras o las frutas pero te damos un consejo: siempre hay alguna que acaba gustándonos a todos, por lo que prueba siempre antes de nada. Alimentos como la sandía o el melón aportan vitaminas y antioxidantes.
Muy importante: recuerda lavar bien tanto frutas como verduras. Esto evitará que podamos consumir residuos de pesticidas y bacterias que podrían hacer daño al hígado.
Evita los alimentos procesados
Los alimentos procesados están, por desgracia, a la orden del día y no podemos olvidar comer materias primas y alimentos orgánicos, los cuáles no hayan pasado por ningún tipo de proceso de aditivos, colorantes y similares en una fábrica. Estos alimentos son muy mal recibidos por nuestro hígado, costándole más procesar y desintoxicar, además de provocar un aumento de grasa.
Mantén un Peso Saludable
Los dos anteriores puntos van cogidos de la mano y desembocan en este, los excesos alimenticios y de bebidas hacen que nuestro peso se vea alterado debido a ese pensamiento de estar de vacaciones que parece que nos inhibe de que nuestra salud se vea afectada y no es así. En las vacaciones tenemos que velar también por mantener un peso saludable, y para ello debemos evitar los excesos tanto como podamos y combinarlo con ejercicio regular sencillo como caminar, nadar o prácticas como yoga que ayudan también a nuestra circulación y la función hepática. Debemos mantener o crear ese pensamiento en nuestra cabeza de que haya un equilibrio entre las calorías consumidas y el ejercicio realizado, recuerda que un exceso calórico continuo y prolongado puede llevar al hígado graso, así como problemas nutricionales.
¡Protégete del sol!
La exposición prolongada al sol sin estar protegido puede causar deshidratación severa y estrés en el hígado. Utiliza protector solar de amplio espectro y échate cada dos horas. Recuerda mantener una buena hidratación, no exponerte al sol en horas centrales, protégete las zonas más expuestas, sigue las instrucciones de cada producto y no expongas a los/as menores de 3 años al sol y menos sin protección.
Aprovecha y descansa
No hay mejor momento que en las vacaciones para descansar, así que aprovecha y duerme lo suficiente. El hígado se encarga de reparar y desintoxicar, sobre todo, durante el sueño, así que asegúrate de descansar entre 7 y 9 horas. Sabemos que puede ser complicado pero intenta acostarte y despertar sobre la misma hora para ayudar a mantener el equilibrio hormonal y la función hepática.
Respira y expira
El estrés crónico puede afectar negativamente la salud del hígado al aumentar la producción de hormonas como el cortisol. Incorpora técnicas de manejo del estrés, como meditación, yoga, o respiración profunda. Además de su impacto positivo en el peso, el ejercicio regular reduce el estrés y mejora la salud en general, incluida la del hígado.