De la angustia a una nueva vida: El trayecto del trasplante hepático
- El trasplante hepático se erige como un procedimiento crucial para quienes padecen enfermedades hepáticas crónicas terminales o complicaciones graves, como la cirrosis o el cáncer de hígado.
- Durante la espera de un hígado compatible, los pacientes se enfrentan a un período crítico en el que los cuidados médicos, el apoyo emocional y la adherencia a tratamientos son fundamentales.
Cuando el hígado no funciona de forma adecuada, surge la necesidad de sustituirlo por un hígado saludable de una persona que haya querido donarlo tras su fallecimiento o a través de un fragmento de otra persona viva.
Cabe decir que desde que se encontró una cura para la Hepatitis C, las listas de espera en España han bajado bastante y, en concreto, el trasplante de un fragmento de hígado por parte de una persona viva suele darse en casos muy concretos, siendo normalmente en casos pediátricos en los que un padre puede donar una parte de su hígado a su hijo/a.
¿POR QUÉ SE REALIZA UN TRASPLANTE?
El trasplante se lleva a cabo en personas que padecen enfermedades hepáticas crónicas terminales con complicaciones significativas; cáncer de hígado; pacientes con insuficiencias hepáticas agudas, las cuáles son poco comunes y suelen ser resultado de complicaciones con determinados medicamentos y con pacientes con insuficiencias hepáticas crónicas, que tienen su presencia a lo largo de los meses o años.
La causa más común es la cicatrización del hígado, también conocida como cirrosis, en la que el tejido cicatricial sustituye al tejido hepático normal, traduciéndose en un mal funcionamiento del hígado y, finalmente, en un trasplante.
LA ESPERA DE UN HÍGADO
La espera de un hígado puede variar, por lo que mientras, los médicos se encargarán de mantener el órgano de la mejor manera, realizando ingresos en hospitales y, en caso de que el hígado empeore, subiendo el caso en la lista de priorización de órganos.
Durante la espera, el paciente debe mantenerse lo más sano y activo posible, tomando los medicamentos indicados; siguiendo la dieta propuesta y pasando tiempo con la familia y amigos, esto hará que la persona esté más que preparada en el momento de la intervención.
Además, es muy importante contar con la información adecuada de todo el proceso, ya que tanto el/la paciente como las personas que les rodean estarán más tranquilas. Algunos de los consejos que FNETH ofrece son:
- Reorganizarse a nivel personal y familiar para hacer frente a una nueva realidad en la que habrá que aprender a funcionar con un nivel de energía menor, cambiar los hábitos alimenticios, eliminar el tabaco y el alcohol y afrontar y aceptar los cambios que se pueden producir a nivel físico por el deterioro del hígado.
- Expresar todas las emociones para mejorar el sistema inmune, quitar tensiones y ayudar a que las personas de alrededor a que entiendan ese comportamiento.
- Encontrar la manera de distraerse es esencial, ya que mejorará el estado de ánimo, reforzará la autonomía y autoestima y acabará con la pasividad.
- Relajarse y, para ello, existen numerosas formas, ya sea a través del deporte, pintura, puzles, cocina, etc.
- Intentar, dentro de lo posible y si la enfermedad lo permite, llevar una vida normal.
- La familia y amistades son el mejor apoyo que se puede tener. En ellos se debe buscar ese apoyo social que fomente una mente positiva.
- Realización de una reestructuración cognitiva. Este concepto se centra en reformular esos pensamientos negativos que se generan automáticamente debido a la situación en la que se encuentra el paciente. Sin embargo, a través de este sistema podremos cambiar la manera de pensar y centrarla en camino positivo:
LA CIRUGÍA
La mejor forma de prepararse para un trasplante es a través del asesoramiento con su personal médico y mediante las asociaciones propias de cada comunidad autónoma. A continuación, se adjunta un enlace en el que se podrán encontrar todas las asociaciones con las que cuenta FNETH:
ASOCIACIONES
Dependiendo del tipo de donante, la operación se realizará de una forma u otra. Los hígados de personas fallecidas deben trasplantarse rápidamente, mientras que los de las personas vivas se citará con anticipación a ambas personas. Ambas operaciones se llevan a cabo con anestesia general, en el caso del trasplante de un hígado completo se sustituye el uno por el otro en una intervención de unas 12 horas.
Por su parte, cuando se trata de un trozo de hígado se opera, en primer lugar, a la persona donante y, a continuación, se le sustituye ese trozo a la persona enferma. De esta manera, en varias semanas ambas personas han recuperado el tamaño normal de su hígado.
El proceso de cirugía a la hora de realizar un trasplante conlleva complicaciones serias, tales como el procedimiento en sí o las complicaciones que puedan surgir ante un rechazo del hígado. Además, también destacan:
- Rechazo del hígado donado
- Coágulos sanguíneos
- Fallo del hígado donado
- Sangrado
- Confusión mental
- Fugas del conducto colédoco o estrechamiento de los conductos biliares
- Infección
- Complicaciones a largo plazo
Un trasplante siempre es una situación difícil, ya no solo para el paciente sino para todas las personas que están a su alrededor. Desde FNETH se ofrece alojamiento gratuito, servicio de orientación jurídica y un servicio de atención psicológica para que el paciente se encuentre lo más cómodo posible ante esta situación. Puedes revisar estos servicios en las siguientes enlaces:
Servicio de alojamiento gratuito
Servicio de atención psicológica
Servicio de orientación jurídica
LA VIDA POSTRASPLANTE
Una vez conseguido con éxito el trasplante, se pasará a vivir una nueva vida en la que habrá que tener en cuenta nuevos factores como la medicación postrasplante, los cuidados corporales, de los drenajes, dermatológicos, de la vista, alimentación, actividad física, abstinencia de sustancias tóxicas, sexualidad, embarazo, vacunas, viajes y animales de compañía.
También, pueden surgir posibles complicaciones durante el postrasplante:
- Rechazo. Esto no quiere decir que el hígado ya no sirva, cuanto antes de detecte, antes se podrá revertir la situación y mejor se podrá curar
- Infecciones. Existe un riesgo elevado de infecciones por microbios oportunista, que reciben su nombre porque no se suelen desarrollar en personas sanas.
- Recidiva de la enfermedad hepática. Las infecciones pueden despertar o reactivarse años después de la primera infección, incluso en gente sana y pueden causar de nuevo la enfermedad.
Por ello, es importante prestar atención a síntomas como fiebre por encima de 37,5º; diarrea, náuseas o vómitos; dolor abdominal; aumento del perímetro abdominal, hemorragia digestiva; aparición de color amarillento en la piel; lesión en boca; estreñimiento; disnea; tos persistente; dolor torácico; expectoración con sangre; dolor de cabeza continuo; convulsiones; trastornos visuales y temblores en manos o brazos.