Jefe de Sección de Aparato Digestivo del HUVRocio, Catedrático de Medicina y Director del programa de Enfermedades hepáticas, digestivas e inflamatorias del Instituto de Biomedicina de Sevilla. En nuestra sección «FNETH te entrevista» hablamos con el hepatólogo Manuel Romero Gómez
- Es usted un especialista con una dilatada y prestigiosa carrera ¿Qué ha cambiado en su ámbito desde que empezó hasta la actualidad?
Bueno, gracias. La verdad es que en estos 30 años ha cambiado todo y nada en la forma de hacer medicina, de aprender y de investigar en hepatología. Hemos visto grandes avances y nos hemos adaptado a esos cambios, pero en otros aspectos se mantiene la inercia.
- Si tuviera que quedarse con algún logro o momento de su carrera ¿Cuál elegiría?
La demostración del papel de la resistencia a la insulina como factor del paciente que impedía la respuesta viral sostenida en pacientes con hepatitis crónica C tratados con peginterferón y ribavirina en 2005. Este trabajo significó que los hepatólogos españoles podíamos aportar y publicar en revistas de primer nivel.
- En tantos años ha debido de vivir en su trabajo situaciones difíciles a nivel personal, ¿Cómo ha vivido usted esta pandemia que ha sido tan dura para el sector de la salud?
La pandemia por SARS-Cov-2 nos dejó paralizados. Cuando hablamos con nuestros compañeros de Madrid, -nunca se me olvidará la conversación telefónica 2ue mantuve el 9 de Enero de 2020 con Oreste Lo Iacono, Jefe de Digestivo del Hospital del Tajo de Aranjuez-, y como nos retransmitían en directo como ingresaban autobuses completos de pacientes con Covid-19, con un pronóstico terrible e incierto. Quedamos paralizados, -¿Qué podríamos hacer? Nos pusimos manos a la obra en todos los frentes, en primera línea asistencial, innovando en docencia para que los alumnos no perdiesen el curso e investigando. Trasladamos todo nuestro potencial investigador para conseguir doblegar la curva, conocer mejor el virus y desarrollar herramientas de ayuda en la toma de decisiones.
En el momento más terrible de la pandemia, grupos de médicos españoles e italianos conformamos un estudio genético que demostró que mutaciones en el cromosoma 3 y cromosoma 9 definían el riesgo de una persona de padecer una enfermedad grave. La mayoría de los grupos españoles estaban liderados por hepatólogos. El futuro no es predecible ni imaginable, pero esta pandemia superó todas las expectativas.
- Si pudiera escribir «una carta a los reyes magos» relacionada con sus deseos en Investigación, ¿Qué les pediría?
Una varita mágica para crear entornos que atraigan talento, personas con ganas de investigar, de innovar, y de crecer. Y que consigamos recursos económicos para que el talento invierta. Me gustaría que todo lo que hemos aprendido a nivel científico y social en la lucha contra la hepatitis C se traslade a enfrentar la pandemia de esteatosis hepática metabólica.
- Según han publicado algunos medios esta semana, España ya constituye un referente internacional en la lucha contra la Hepatitis C, ¿Qué considera que hemos hecho bien y qué nos queda para eliminarla definitivamente (si es que cree que llegaremos a erradicarla)?
Sin duda la eliminaremos, más temprano que tarde porque trabajamos sin reposo. La clave del éxito es que la inspiración nos pilló trabajando. La hepatología española, que es ese ente maravilloso que he visto crecer, ya luchaba con ahínco contra la hepatitis C, convencidos de los desgarros que producía el virus. Cuando llegaron los fármacos antivirales (esos sí que fueron una carta inimaginable a sus Majestades Los Reyes Magos), contábamos con bases de datos, con equipos multidisciplinares con Atención Primaria que nos permitían priorizar de forma equitativa e iniciar una terapia que cambiaría el futuro.
- Algunos investigadores advierten de que el hígado graso no alcohólico «se ha convertido en una epidemia» mundial, al nivel de la diabetes. ¿Está usted de acuerdo?
Totalmente de acuerdo, es una pandemia que afecta al 25% de la población mundial, está estrechamente ligada a la diabetes y la obesidad, y la enfermedad hepática actúa como un catalizador para que empeore el estado metabólico del paciente y por tanto se cierra un círculo muy vicioso de progresión hacia la cirrosis, los eventos cardiovasculares, el hepatocarcinoma y las neoplasias extrahepáticas como el cáncer de mama o el cáncer digestivo.
- ¿Qué consecuencias tendrá esto y qué les diría usted a las personas que no dan demasiada importancia a llevar unos hábitos de vida saludables?
La esteatosis hepática metabólica será la primera causa de enfermedad hepática y de trasplante hepático en los próximos años. Estamos viendo la punta del iceberg. Hace 40 años decidimos cambiar el estilo de vida promoviendo el mando a distancia y las horas tendido en el sofá al tiempo que migrábamos a la comida rápida y abandonábamos nuestros hábitos mediterráneos. Esto ocurrió en USA 20 años antes y por eso nos están mostrando los estragos de esta situación. Hemos de trabajar a todos los niveles, educativos, sanitarios, económicos y políticos para hacer de la dieta mediterránea la más común de las dietas y garantizar al menos 3 horas de ejercicio a la semana a lo largo de la vida. Una ley de dieta equilibrada y vida saludable sería una iniciativa muy interesante ya que hemos de llegar a toda la sociedad.
- Usted que además es profesor, ¿Cómo combatimos la desinformación en materia de salud?
La desinformación (fake news) es un problema muy grave. Hemos de combatirlo desde todas las instituciones, las asociaciones de pacientes, las sociedades científicas, desde las universidades y desde todos los frentes, ya que lo que nos cuesta años construir puede desaparecer en unos miles de likes. Creo que debemos tener una actitud de alerta continua para actuar frente a cualquier falsa noticia.
- ¿Hay motivos para ser optimistas a corto plazo en lo que afecta a las enfermedades hepáticas?
Las enfermedades hepáticas pasan por el mejor momento de su historia, y el futuro es muy esperanzador. Hemos demostrado que podemos eliminar una enfermedad como la hepatitis C después de que se convirtiese en la más mortal de todas. Así que debemos seguir luchando contra las hepatitis virales, la esteatosis hepática metabólica, el hepatocarcinoma y colangiocarcinoma y las enfermedades hepáticas minoritarias. La llegada de la medicina de precisión/personalizada a nuestro campo abrirá enormes oportunidades para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
- Es una pregunta muy abierta pero, ¿Qué retos principales considera que tiene medicina digestiva en la actualidad?
La medicina digestiva tiene grandes desafíos que van desde el cáncer digestivo, sobre todo el cáncer colorrectal y el hepatocarcinoma, a las enfermedades inflamatorias intestinales, las enfermedades hepáticas y biliopancreáticas, el trasplante y la neurogastroenterología, un área que requiere un impulso por la gran pérdida de calidad de vida de los pacientes. La seña de identidad de la especialidad es fuerte y nuestro compromiso con la sociedad en general y las asociaciones de pacientes en particular nos permitirá bordar todos estos aspectos desde un posición de éxito.
- ¿Cuál cree que debe ser el papel de las asociaciones de pacientes respecto a estos retos?
En estos años hemos aprendido a caminar de la mano la academia y las asociaciones de pacientes y esta debe ser la actitud. Las asociaciones de pacientes nos proponen problemas a resolver y nosotros debemos dedicar lo mejor de nosotros para dar la mejor solución.
A continuación, el test rápido de cinco preguntas de respuesta breve que realizamos a todos los entrevistados.
- La comida preferida de Manolo es…
La tortilla de patatas.
- Un lugar para ir de vacaciones…
Un viaje, a cualquier lugar en la mejor compañía.
- Una película o libro para disfrutar…
El lápiz del carpintero de Manuel Rivas, que lo acabo de volver a leer y siempre me gusta un poco más, cosa de médicos.
- ¿Un recuerdo especial de la infancia?
El cortijo de la sierra, el paraíso de mi infancia.
- Un referente en su vida…
Hablando de lo que estamos hablando, Juan Rodés. Para todo lo demás mi padre, Cristóbal Romero.