Dra. María José Safont: «Es normal sentir muchas emociones pero mantengan una actitud positiva y recuerden que por cada paso, por pequeño que sea, están más cerca de la recuperación»
La Dra. María José Safont es vocal de la Junta Directiva de SEOM y oncóloga médico del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. Es responsable del área de tumores digestivos, con especial dedicación a la investigación y tratamiento de los tumores colorrectales y a los tumores del estroma gastrointestinal. Es autora de más de 40 revistas relevantes nacionales e internacionales de prestigio en el campo de la oncología médica, sobre todo en el del cáncer colorrectal y de más de 100 participaciones en congresos tanto nacionales como internacionales.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo asociados con el cáncer de hígado? ¿Qué medidas se recomiendan para reducir el riesgo de desarrollarlo?
Los principales factores de riesgo son:
- La hepatitis vírica crónica, tanto por el virus de la hepatitis B (VHB) como el virus de la hepatitis C (VHC).
- El consumo excesivo y crónico de alcohol puede provocar daño hepático, incluida la cirrosis.
- La cirrosis hepática, que puede ser causada por la hepatitis viral crónica, el consumo excesivo de alcohol, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) u otras afecciones hepáticas.
- La obesidad y la diabetes tipo 2 están relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
- La exposición a aflatoxinas: las aflatoxinas son toxinas producidas por ciertos tipos de hongos que pueden contaminar los alimentos, como los cacahuetes y el maíz. La exposición a aflatoxinas se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de hígado, especialmente en áreas donde la contaminación de alimentos es común.
- El consumo de tabaco se ha asociado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de hígado.
Para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, se recomiendan las siguientes medidas:
- Vacunación contra la hepatitis B: puede prevenir la infección y reducir el riesgo de cáncer de hígado asociado con esta enfermedad.
- Pruebas de detección y tratamiento de la hepatitis: las personas con hepatitis vírica crónica deben someterse a pruebas de detección regularmente y recibir tratamiento para reducir el riesgo de complicaciones como la cirrosis y el cáncer de hígado.
- Reducir o eliminar el consumo de alcohol puede ayudar a prevenir el daño hepático y reducir el riesgo de cáncer de hígado.
- Mantener un peso saludable: Mantener un peso corporal saludable mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular reduce el riesgo de obesidad, diabetes y cáncer de hígado.
- Evitar la exposición a aflatoxinas: En áreas donde la contaminación por aflatoxinas sea común, es importante tomar medidas para evitar la exposición a alimentos contaminados.
- Dejar de fumar: reduce el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de hígado.
¿Cuáles son los síntomas más comunes que pueden indicar la presencia de cáncer de hígado? ¿Cómo se diagnostica un cáncer de hígado?
Los síntomas del cáncer de hígado pueden variar y a menudo no se manifiestan hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada. Algunos de los más comunes incluyen: dolor abdominal (especialmente en la parte superior derecha del abdomen), hinchazón abdominal, pérdida de peso no intencional, anorexia, astenia, sensación de saciedad precoz, náuseas, vómitos y coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia).
En cuanto al diagnóstico del cáncer de hígado, este puede involucrar varias pruebas y procedimientos, que pueden incluir:
- Pruebas de laboratorio: Análisis de sangre para evaluar la función hepática y buscar marcadores tumorales específicos, como alfafetoproteína (AFP).
- Pruebas de diagnóstico por imágenes como ecografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM) para visualizar el hígado y detectar la presencia de tumores.
- Biopsia: Este procedimiento implica tomar una muestra de tejido del hígado para su análisis anatomopatológico y confirmar la presencia de células cancerosas.
¿Cómo es el trabajo de coordinación y seguimiento del paciente entre el oncólogo y el hepatólogo?
El trabajo de coordinación y seguimiento del paciente con hepatocarcinoma entre el oncólogo y el hepatólogo es fundamental para brindar una atención integral y efectiva. Ambos especialistas desempeñan roles importantes en el manejo de la enfermedad y deben trabajar en estrecha colaboración para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y control de la evolución de la enfermedad. Algunos aspectos clave de esta colaboración son:
- Evaluación inicial: Esto puede implicar revisar el historial médico del paciente, realizar exámenes físicos, analizar los resultados de pruebas de laboratorio e imágenes médicas como ecografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM), y realizar biopsias si es necesario.
- Planificación del tratamiento: Basándose en los hallazgos de la evaluación inicial, el oncólogo y el hepatólogo trabajarán juntos para desarrollar un plan de tratamiento específico para el paciente que incluye opciones como cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, trasplante de hígado u otras terapias disponibles según la etapa y características individuales del cáncer.
- Seguimiento: Después de que se inicie el tratamiento, el oncólogo y el hepatólogo seguirán de cerca la respuesta del paciente y realizarán ajustes en el tratamiento en función de la respuesta y la toxicidad que desarrollen los pacientes.
¿Qué tipos de tratamientos están disponibles para el cáncer de hígado y cómo se determina el enfoque terapéutico más adecuado para cada paciente?
El tratamiento del cáncer de hígado, puede variar según varios factores, como el estadio de la enfermedad, la salud general del paciente, la presencia de otras comorbilidades o las preferencias del paciente. Los principales tipos de tratamiento para el cáncer de hígado incluyen:
- Cirugía: La resección quirúrgica del tumor puede ser una opción si el cáncer se encuentra en una etapa temprana y el paciente tiene una función hepática adecuada. En casos seleccionados, se puede realizar un trasplante de hígado para tratar el cáncer de hígado.
- Ablación local: Implica destruir el tumor utilizando calor (ablación por radiofrecuencia) o frío (crioablación) a través de técnicas mínimamente invasivas.
- Embolización y quimioembolización: Estos procedimientos implican bloquear los vasos sanguíneos que suministran sangre al tumor (embolización) y/o administrar quimioterapia directamente al sitio del tumor (quimioembolización).
- Radioterapia: La radioterapia puede ser utilizada para tratar el cáncer de hígado mediante la administración de radiación dirigida al tumor, ya sea externamente (radioterapia externa) o internamente (radioterapia interna selectiva o braquiterapia).
- Terapia dirigida: Algunos medicamentos pueden dirigirse a células cancerosas específicas y bloquear su crecimiento o diseminación. Estos incluyen medicamentos que inhiben la angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos) o que interfieren con vías de señalización celular específicas.
- Inmunoterapia: Esta forma de tratamiento estimula el sistema inmunológico del cuerpo para que reconozca y ataque las células cancerosas. La inmunoterapia ha emergido como una estrategia prometedora en el tratamiento del hepatocarcinoma, estando aprobada en combinación con bevacizumab en algunos pacientes con enfermedad avanzada con determinadas características bien definidas.
¿Cómo de importante es que haya un equipo multidisciplinario para abordar cada caso de una manera individualizada y holística?
La importancia de un enfoque multidisciplinario para el tratamiento del cáncer de hígado es fundamental para abordar cada caso de manera individualizada y holística a lo largo de todo el proceso:
- Evaluación integral: Un enfoque multidisciplinario permite una evaluación completa de cada caso, considerando aspectos médicos, quirúrgicos, radiológicos, patológicos y psicosociales.
- Planificación de tratamiento personalizado: Con la participación de diversos expertos, se puede desarrollar un plan de tratamiento personalizado que tenga en cuenta las características individuales de cada paciente, incluyendo el estadio del cáncer, la función orgánica, las preferencias del paciente y otros factores importantes.
- Coordinación de cuidados: Un equipo multidisciplinario facilita la coordinación de diferentes aspectos del tratamiento, como cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida y cuidados de apoyo. Esto ayuda a garantizar que el paciente reciba la atención adecuada y oportuna en todas las etapas de su tratamiento.
- Gestión de complicaciones: El cáncer y su tratamiento pueden provocar una variedad de efectos secundarios y complicaciones. Un equipo multidisciplinario puede abordar estas complicaciones de manera integral, brindando cuidados de apoyo, manejo del dolor, terapias de rehabilitación y otros servicios necesarios para mejorar la calidad de vida del paciente.
- Mejora en los resultados: La colaboración entre diferentes especialistas puede conducir a mejores resultados en términos de control del cáncer, supervivencia y calidad de vida. Los enfoques multidisciplinarios han demostrado reducir las tasas de recurrencia, mejorar las tasas de supervivencia y optimizar la atención integral del paciente.
- Apoyo emocional y psicosocial: Además de la atención médica, un equipo multidisciplinario puede proporcionar apoyo emocional y psicosocial a los pacientes y sus familias, ayudándoles a hacer frente a los desafíos emocionales y psicológicos asociados con el cáncer y su tratamiento.
En resumen, la colaboración de un equipo multidisciplinario es esencial para abordar de manera integral las complejas necesidades de los pacientes con cáncer de hígado, asegurando que reciban una atención individualizada, coordinada y centrada en el paciente. Esto no solo mejora los resultados clínicos, sino que también promueve el bienestar general del paciente a lo largo de toda la enfermedad.
¿Qué desafíos se presentan al tratar el cáncer de hígado y cómo se abordan estos desafíos en la práctica clínica diaria?
El tratamiento del cáncer de hígado presenta varios desafíos debido a la complejidad de la enfermedad y la diversidad de opciones terapéuticas disponibles:
- Diagnóstico temprano: El cáncer de hígado a menudo se diagnostica en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento. Para abordar este desafío, se fomenta la detección temprana en poblaciones de alto riesgo, como pacientes con enfermedad hepática crónica, y se promueve el uso de pruebas de imagen y biomarcadores para identificar lesiones hepáticas sospechosas en etapas más tempranas.
- Evaluación de la función hepática: La función hepática comprometida puede limitar las opciones de tratamiento y aumentar el riesgo de complicaciones. Los oncólogos trabajan en estrecha colaboración con hepatólogos y otros especialistas para evaluar la función hepática del paciente antes de iniciar el tratamiento y adaptar las terapias según sea necesario para minimizar el riesgo de toxicidad hepática.
- Manejo de la cirrosis: Muchos pacientes con cáncer de hígado tienen cirrosis hepática subyacente, lo que puede complicar el tratamiento debido a la fragilidad del hígado. Los oncólogos consideran cuidadosamente el impacto de la cirrosis en la selección y administración de tratamientos, y pueden colaborar con hepatólogos para optimizar el manejo de la cirrosis y prevenir la progresión de la enfermedad hepática.
- Heterogeneidad tumoral: El cáncer de hígado es una enfermedad heterogénea, lo que significa que puede variar en términos de características biológicas y respuesta al tratamiento incluso dentro de un mismo paciente. Los oncólogos utilizan enfoques multidisciplinarios, como la evaluación por equipos tumorales, para caracterizar la heterogeneidad tumoral y personalizar el tratamiento según las características individuales del tumor.
- Recurrencia del cáncer: El cáncer de hígado tiende a tener altas tasas de recurrencia incluso después de un tratamiento exitoso, lo que presenta un desafío significativo en términos de manejo a largo plazo. Los oncólogos pueden implementar estrategias de vigilancia y seguimiento periódico para detectar recurrencias tempranas, y pueden considerar terapias adyuvantes o terapias de mantenimiento para reducir el riesgo de
recurrencia. - Acceso a tratamientos avanzados: En algunos casos, puede haber limitaciones en el acceso a tratamientos avanzados, como la inmunoterapia o terapias dirigidas, debido a consideraciones económicas o de disponibilidad. Los oncólogos trabajan para optimizar el uso de los recursos disponibles y colaboran con otros profesionales de la salud y partes interesadas para abogar por un acceso equitativo a tratamientos innovadores.
¿En qué punto se considera viable los tratamientos sistémicos y qué importancia tiene en un cáncer de hígado?
Los tratamientos sistémicos, como la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia, se consideran viables en el tratamiento del cáncer de hígado en varios escenarios, dependiendo del estadio de la enfermedad y otras características individuales del paciente. La importancia de los tratamientos sistémicos en el cáncer de hígado radica en su capacidad para controlar el crecimiento y la propagación del cáncer, así como para mejorar la calidad de vida del paciente.
- En etapas avanzadas: Los tratamientos sistémicos suelen ser una opción importante para los pacientes con cáncer de hígado donde la enfermedad se ha propagado más allá del hígado y no es candidata para cirugía curativa o ablación local. Estos tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas, retrasar la progresión de la enfermedad mejorando la supervivencia y la calidad de vida.
- Como tratamiento adyuvante: En algunos casos, los tratamientos sistémicos se utilizan después de la cirugía o la ablación local como terapia adyuvante para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de hígado.
- Para tumores inoperables: Los pacientes con tumores de hígado inoperables debido a su tamaño, ubicación o compromiso de estructuras vitales pueden beneficiarse de tratamientos sistémicos para controlar el crecimiento del tumor y mejorar los síntomas asociados, como dolor abdominal o pérdida de peso.
- En combinación con otras terapias: Los tratamientos sistémicos a menudo se utilizan en combinación con otras modalidades de tratamiento, como la radioterapia, la embolización transarterial (TAE) o la embolización transarterial con quimioterapia (TACE), para mejorar la eficacia del tratamiento y abordar diferentes aspectos de la enfermedad.
¿Qué papel juegan las asociaciones de pacientes? ¿Qué pueden aportar?
Las asociaciones de pacientes con cáncer de hígado juegan un papel crucial en el apoyo, la educación y la defensa de los pacientes y sus familias afectadas por esta enfermedad. Estas organizaciones pueden aportar una serie de beneficios importantes:
- Apoyo emocional: Las asociaciones de pacientes brindan un entorno de apoyo donde los pacientes con cáncer de hígado y sus familias pueden conectarse con otras personas que están pasando por experiencias similares. Esto puede proporcionar consuelo, comprensión y aliento durante momentos difíciles.
- Información y recursos: Estas organizaciones suelen ofrecer una amplia gama de información sobre el cáncer de hígado, incluyendo datos sobre diagnóstico, tratamiento, efectos secundarios, cuidados paliativos y recursos de apoyo. Esta información puede ayudar a los pacientes y sus familias a tomar decisiones sobre su atención médica y a acceder a los servicios necesarios.
- Defensa de los derechos de los pacientes: Las asociaciones de pacientes pueden abogar por los derechos y las necesidades de las personas afectadas por el cáncer de hígado ante los responsables políticos, los proveedores de atención médica y otras partes interesadas. Esto puede incluir la promoción de políticas de salud pública que mejoren el acceso a la atención médica, la financiación para la investigación del cáncer de hígado y la protección de los derechos de los pacientes.
- Promoción de la conciencia pública: Estas organizaciones trabajan para aumentar la conciencia pública sobre el cáncer de hígado y su impacto en las personas y las comunidades. Esto puede ayudar a reducir el estigma asociado con la enfermedad, aumentar el conocimiento sobre los factores de riesgo y fomentar la detección temprana y el diagnóstico oportuno.
¿Cuáles son las necesidades no cubiertas más allá de la clínica de pacientes?
Las necesidades no cubiertas de los pacientes con cáncer de hígado van más allá de la atención clínica y pueden incluir aspectos emocionales, sociales, financieros y espirituales. Abordar estas necesidades de manera integral es fundamental para brindar una atención completa y centrada en el paciente que promueva el bienestar holístico de los pacientes y sus familias.
¿Qué es lo fundamental que deben tener los/as pacientes para afrontar una situación así? ¿Podrías mandarles un mensaje?
Algunos aspectos fundamentales que pueden ser de gran ayuda para afrontar la enfermedad:
- Información y educación: Aprender sobre el cáncer de hígado, su tratamiento y las opciones disponibles puede ayudar a los pacientes a sentirse más empoderados y tomar decisiones informadas sobre su atención médica.
- Apoyo emocional: Buscar apoyo emocional de amigos, familiares, grupos de apoyo o profesionales de la salud puede brindar consuelo y fortaleza durante momentos difíciles.
- Actitud positiva: Mantener una actitud positiva y optimista puede ser un recurso valioso para enfrentar los desafíos asociados con el cáncer de hígado y mantener la esperanza en el proceso de tratamiento y recuperación.
- Cuidado personal: Priorizar el autocuidado, incluyendo una alimentación saludable, ejercicio regular, descanso adecuado y manejo del estrés, puede contribuir al bienestar físico y emocional durante el tratamiento del cáncer de hígado.
Mensaje para los pacientes con cáncer de hígado:
«En este momento desafiante, quiero recordarles que no están solos. Aunque enfrentar el cáncer puede ser abrumador, les animo a que se apoyen mutuamente y encuentren fuerzas en su interior para afrontarlo. Busquen información, aprendan sobre su enfermedad y participen activamente en su cuidado médico. Es normal sentir una amplia gama de emociones, busquen apoyo emocional de amigos, familiares, grupos de apoyo y profesionales de la salud. Mantengan una actitud positiva y recuerden que cada paso que dan, por pequeño que sea, les acerca un poco más a la recuperación. Estamos aquí para ustedes y juntos intentaremos superar este desafío».