Todos tenemos una historia para explicar…
A los diecisiete años me diagnosticaron una extraña enfermedad: hepatitis autoinmune. Guardé aquel diagnóstico en un cajoncito. ¿Con quién podía compartir aquello en mitad de mi adolescencia? ¿Me rechazarían mis amigos? ¿Me impediría hacer una vida normal si lo decía, o si tan solo lo pensaba? Ni yo misma sabia de que iba aquello. Mi cuerpo rechazaba un órgano vital, mi hígado. Con un pequeño tratamiento pude hacer una vida normal, quizá demasiado normal, pienso ahora. Hasta hoy.
Soy mujer. Tengo casi cincuenta años. Hace meses que me obligo a hacer menos horas al trabajo para poder descansar. Últimamente me encuentro muy cansada.
Salgo de la consulta del médico. Necesito un trasplante. Ahora, de repente el hígado me dice que no quiere estar más bajo mi piel. ¿O soy yo quien ya no lo aguanta más y lo rechaza? Necesito un hígado que me quiera. Un hígado para poder vivir.
Me hacen un montón de pruebas por saber si soy apta para un trasplante para que no haya ninguna traba física o psicológica que me impida recibir un órgano. Nunca me habían hecho tantos cuestionarios psíquicos, ni me habían examinado exhaustivamente tantas partes del cuerpo en un tiempo récord. ¡Soy apta!
Vivo mi espera y proceso con debilitad y fortaleza, incerteza y esperanza, preguntas y dudas. Una libreta y lápiz me acompañan en todo mi proceso para derramar mis emociones contradictorias.
Un domingo de junio por la tarde llega la esperada llamada. En mi interior, un rayo de luz y una sombra oscura que me atormenta. En este momento sólo pienso en mi donante y su familia. Gracias a su enorme generosidad hoy puedo seguir disfrutando de la vida, y como no, gracias a los médicos, el personal sanitario y a toda la organización que hay detrás de una donación y trasplante.
Infinitamente agradecida,
Laura Geli Julbe. Autora del libro solidario “Reinicio”
Twitter @geli_laura Email: lauragelij@gmail.com